Es lo que hay en esta época. Trabajos mínimos en espacios residuales, con muebles y elementos reciclados y muy pocos medios. Pero para eso estamos los arquitectos. Se trata de la transformación de una buhadilla destinada a gimnasio en una pequeña capilla u oratorio. Ante la poca altura de gran parte de la sala, se ha optado por "fracturar" el techo en planos con iluminación indirecta a base de leds. Así parece un espacio algo mayor. Aquí hay algunas fotos: IMAGENES
Arquitectura y Restauración, Diseño e Interiorismo.